Desde
siempre me ha gustado cocinar;
y nunca he sido de seguir las recetas al pie de la letra. Vamos, no es malo
tener una base, pero me encanta desarrollar mi creatividad culinaria con los
ingredientes que tengo en casa. Además,
no me gusta ir mucho al supermercado así que prefiero hacer compras lo más
completas cada quincena y evitar ir cada semana. Por lo que si no tengo
determinado ingrediente en una receta, fácilmente busco en mi alacena con qué
puedo sustituirlo.
Hace
ya algunos meses conocí virtualmente a Ana y su blog Fácil de digerir. Ahí leí sobre una
iniciativa súper interesante que trata de hacer conciencia absoluta de nuestro cuerpo y la forma en
la que nos relacionamos con la comida. Obviamente me refiero al Lunes Sin Carne.
Todo inició en Estados Unidos como una campaña alimentaria durante la Primera
Guerra Mundial; en 2003 resurgió con mucha fuerza, hasta convertirse en un movimiento global.
De
inicio me pareció completamente absurdo e irracional dejar de comer cualquier
tipo de carne, aunque fuera un solo día. ¿Qué iba a comer entonces? Seguramente pura
lechuga, no? Ni loca me podría unir a semejante tontería; así que hasta ahí
quedo la cosa.
Sin
embargo, como ya he comentado por ahí, mi salud no es la mejor y he estado buscando
alternativas para mejorarla; cambiar mi estilo de vida y esas cosas que me dijo
el doctor que tenía que hacer además de medicarme. Así que el destino me volvió
a llevar al dichoso movimiento. Pero mi actitud fue diferente; me armé de
valor y seguí leyendo algunas recetas y testimoniales de la gente que, al menos
por un día, se convierte en vegetariana. Y de pronto descubrí que había un mundo
enorme por explorar.
Hoy
es lunes, y para mí es Lunes Sin Carne. Aún no me animo a hacer un lunes completamente vegano,
pero me
siento orgullosa de cumplir 7 semanas practicándolo en la modalidad ovolactovegetariana (es decir,
huevos y lácteos permitidos).
Y
para animarlos a unirse a este movimiento donde el principal beneficiado serán ustedes
mismos; les comparto mi menú del día de hoy.
Desayuno:
- Una quesadilla al comal (sin aceite) de queso Oaxaca y champiñones en tortilla de maíz, acompañada de unas rajitas de jalapeño.
- Jugo de mango.
Colación:
- Una manzana.
Comida:
- Ensalada de lechuga con almendras tostadas, arándanos con chile y un aderezo de vinagre balsámico, mostaza y miel que aprendí a hacer con el blog de Ana.
- Pizzeta árabe de pimiento morrón verde y rojo, champiñones, piña asada y aceitunas negras. La receta original (junto con la del aderezo y la de otra DELICIOSA ensalada) la pueden encontrar dando click aquí.
- Agua de jamaica.
Colación:
- Un puñito de arándanos enchilados.
Cena:
- Tres rebanadas de até de membrillo con queso panela
- Agua de jamaica.
2 comentarios:
Edna felicidades por tu cambio de actitud, eso es lo más importante. Me encantó tu menú completo para el Lunes Sin Carne. ¡Delicioso!
Gracias Ana! La actitud es primordial para poder lograr cualquier cambio. Ahora el Lunes sin carne es parte de mi vida y no lo cambiaría por nada!
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